La Familia Gatos Seda tuvieron una cálida bienvenida cuando se trasladaron a la aldea. Necesitaban una casa, por lo tanto todos se pusieron a trabajar.

Holly, la Mamá Gata Seda diseñó la casa. Le encanta el diseño de interiores. Tiene una libreta donde apunta todas sus ideas sobre interiorismo. Y siempre había soñado con poder diseñar una elegante casa que encajara con el paisaje de la Aldea Sylvanian.

“Quiero la casa perfecta para la Aldea Sylvanian”, pensaba.
“Una que haga feliz a todo el mundo”.
Y se puso a trabajar en el diseño de la nueva casa.
“¡Queremos ver una casa así!” pensaban todos cuando les mostraba su libreta.

“Deberíamos dar un regalo a la Familia Gatos Seda por trabajar así en esta casa”, dijeron mientras esperaban poder ver la nueva casa.
“¿Y un nuevo sofá elegante como el que Holly dibujó en su libreta?”
dijo Alex, el Papá Conejo Blanco, y decidió hacer un sofá de dos plazas para sentarse.

“Espero que les guste la Aldea Sylvanian y encuentren esta casa agradable y cómoda”, pensó Alex, que es un carpintero muy bueno.
Les hizo un sofá encantador y Kate, la Mamá Coneja Blanca hizo una funda muy bonita para cubrirlo. Cuando la Familia Gatos Seda supo que tendría un sofá como regalo, todos se pusieron muy contentos.

La Familia Ardillas de la Nuez decidió regalar una mesa del comedor y unas sillas. Igual que la Familia Conejos Blancos, ellos también pensaban que el diseño de Holly era la mejor idea.

Del mismo modo, la Familia Chihuahuas les dio un tocador y Patrick, el Papá Oso les trajo un florero enorme que encontró en el Mercado del Bosque. También consiguieron camas, escritorios y estanterías para los libros. Casi todos los regalos eran muebles o decoración.

“¡Gracias! ” dijeron todos los Gatos Seda. Estaban muy contentos, pero había un pequeño problema.
¡Ahora tenían demasiados muebles para una casa de 2 plantas!
Incluso la casa más agradable es incómoda si se llena con demasiados muebles. Y habían construido las dos primeras plantas, por lo tanto no podían los podían hacer más grandes.

“¿Y ahora qué hacemos?” Fred, el Papá Gato Seda y Holly miraban pensativos los planos de la casa.
“Déjanos hacer una tercera planta en la casa”, dijo Toby, el Hermano Gato Seda, sin pensar realmente en ello.
“¡Buena idea!” dijeron Fred y Holly en seguida.
Y así fue cómo la Familia Gatos Seda vino a instalarse en una fantástica Casa de 3 Plantas.

Cuando finalmente se construyó, invitaron todos los vecinos de la Aldea a una fiesta de inauguración de la casa. Cuando llegaron los invitados, todos querían ver la tercera planta de la casa.
“¡Qué casa tan bonita!”, dijeron.
Con su tejado rojo y sus paredes de madera y ladrillo beige suave, queda perfectamente integrada con el bosque de alrededor.

Las grandes ventanas de la planta baja fueron las últimas en decorar.
Con un “bip, bip”, la Familia Conejos Chocolate se detiene con el coche.
“¿Podemos aparcar al lado de la casa?”
Por supuesto una casa como esta tiene un lugar donde los invitados puedan aparcar.

“Por favor entrar”, dijo Fred. Dentro de la casa, todos los muebles que les habían regalado estaban correctamente colocados. Un soplo de brisa fresca entró a través de las grandes ventanas.

“Es una casa encantadora”, dijeron las madres.
“Es muy confortable”.
“¡Las habitaciones son muy grandes!” comentaban los niños.
Acto seguido subieron hasta la última planta.
“Se abrieron muchas ventanas en esta última planta para poder contemplar mejor el paisaje. Poder estar aquí mirando a través de las ventanas y con todo vuestro mobiliario, nos hace muy felices. ¡Muchas gracias!”

“Sinceramente estamos muy contentos de haber venido a una aldea tan fantástica y con amigos como vosotros. Venid a visitarnos siempre que queráis”, dijeron los Gatos Seda.
“¡Seguro que vendremos!” contestaron todos los aldeanos.
Y sus voces felices resonaron por toda la fantástica Casa de 3 Plantas.

FIN