Freya, la Hermana Coneja Chocolate ha ganado el primer premio del concurso de arte en la escuela de la Aldea Sylvanian.
“¡Felicidades, Freya!” dice Ralph, el Hermano Ardilla de la Nuez.
Está muy contento por ella, y ahora tiene una idea.
“¡Ya sé! ” dice.
“¡Vamos a celebrar una fiesta en mi casa para divertirnos!”

Freya es muy buena entreteniendo a sus amigos, y siempre organiza fiestas estupendas para ellos.
A Ralph también le gustaría que esta fiesta sea un modo de darle las gracias a ella. Decide hacer diferentes cosas que a ella le gustarán e invitar a todos a su casa.

Da la casualidad que el padre de Ralph es famoso en la aldea como inventor. Siempre inventa nuevos aparatos y máquinas con los que divertirse. Ralph quiere imitar a su padre, y así hacer a Freya feliz.
Todos sus amigos creen que esto es una gran idea.
“Cuando entre, la iluminaremos”, dice Ralph.
“¿No sería agradable si los pétalos de la flor llovieran abajo en ella? ” dice Tiffany a la Muchacha del Gato de Seda.
“¿Y tener un plato del movimiento de la mesa, y traen el pastel hacia ella? ”
dice que Oliver el Muchacho del Conejo de Leche, y los niños siguen teniendo cada vez más ideas.

Entonces todos ayudan para trasladar los muebles y preparar la fiesta. Cuando todo está listo, es el momento para hacer una prueba.
Pero …

“Primero, cuando Freya entre, la enfocaremos con la luz”, dice Tiffany, pero cuando abre la puerta, no pasa nada.
Esperan a ver pétalos que caigan flotando silenciosamente desdel techo, pero la mayoría de las flores sólo caen de repente encima de sus cabezas y nadie puede ver nada.
Se supone que el plato en la mesa debe moverse despacio con el pastel. Pero va demasiado rápido, el pastel cae volando, y Rebecca, la Hermana Coneja Blanca termina cubierta de crema.

De repente una luz ilumina la esquina del cuarto, descubriendo a Piers, el Hermano Oso con la boca llena de azúcar.
“¡Nada funciona! ” se queja Ralph. Todos están decepcionados.

Y ahora ya llega Freya.
“Me han dicho que todos estáis preparando una fiesta”, dice.
“¿Puedo ayudar?”
Pero claro, es una fiesta sorpresa para ella.
“¡No, no, podemos solos!” contesta Ralph rápidamente.
“Pero aquí todos ayudan”.
“Lo podemos hacer nosotros solos”.
“Bien, bien, de acuerdo”, dice Freya y se da la vuelta para marchar, pero parece triste mientras se aleja.

“Oh, lamento haber dicho esto”, piensa Ralph.
“Freya va a pensar que la estamos excluyendo y no querrá venir a la fiesta. ¿Qué puedo hacer para hacerla feliz ahora? ”
Piensa detenidamente y pronto tiene otra idea. Consigue que todos le ayuden, y juntan lámparas de todas partes del pueblo.

Ya por la tarde del gran día, llega el momento de comenzar la fiesta. Pero como Ralph había temido, Freya no tiene ganas de ir. Tiffany va para visitarla, y cuando Freya abre la puerta tiene una gran sorpresa. Comenzando desde su casa hasta más lejos de su calle hay toda una fila de luces. Ralph y sus amigos han hecho una fila de luces a lo largo del camino.

“¡Es precioso! ”
Freya y Tiffany siguen el camino iluminado de luces. Conducen hacia la casa de Ralph, que también está toda iluminada. “Nunca antes me habían llevado a ninguna parte de esta manera”, comenta Freya feliz.

Pero no se acaba aquí.
Tan pronto como Freya abre la puerta, todas las luces se apagan, y queda todo a oscuras. Y entonces a continuación se enciende una luz que solamente ilumina a Freya.
“¡Enhorabuena por el primer premio del concurso de arte escolar!” exclaman todos.
Freya se sorprende.
Las luces se encienden, y ahora los pétalos caen flotando. En el balcón todos sus amigos, sonríen y saludan. En la mesa un plato comienza a moverse. En él hay una tarta con una imagen de Freya. Esta vez todo lo que Ralph y sus amigos han organizado, han salido muy bien.

“Siento lo del otro día”, dice Ralph a Freya.
“Quisimos tenerlo todo listo sin que tú lo supieras”.
Freya se conmueve profundamente.
“¡Esto es maravilloso!” Dice.
“¡Gracias a todos! ”
Y así comienza la Fiesta en la Casa Ciudad con Luces.

FIN